A mĂ y a mi novia nos costĂł un poco encontrar el hotel ya que estĂĄ en plena medina. Un guĂa no oficial nos llevĂł al hotel, esperando que pudiera hacernos de guĂa "por un mĂłdico precio", pero le dijimos que no. Una vez ahĂ, nos encontramos con Khadija y su staff. Desde el primer momento, se mostraron sĂșper amables y hospitalarios. Khadija habla español perfecto pero, desgraciadamente, su staff no, con lo que la comunicaciĂłn con el resto fue bastante difĂcil (nuestro francĂ©s deja un poco que desear). A pesar de eso, nunca tuvimos ningĂșn problema y siempre se mostraron receptivos y serviciales. Siempre que quisimos saber algo de la ciudad o pedir alguna recomendaciĂłn, Khadija se mostraba predispuesta a ayudarnos. Por la mañana, empezĂĄbamos el dĂa con el desayuno buenĂsimo en la terraza con vistas de toda la Medina. Era un momento muy agradable, y, sin duda, te hace empezar el dĂa con buen pie. Una noche nos invitaron a una fiesta que organizaron en la terraza, en la que vino un mĂșsico local a tocar un instrumento parecido a la guitarra pero que desconozco. Nos dieron dulces y tĂ© a la menta, tĂpicos de ahĂ. Fue una noche para recordar. A pesar de no entender la letra, nos encantĂł la emociĂłn con la que cantaba. Khadija nos iba diciendo quĂ© tema trataba en cada canciĂłn. La zona estĂĄ llena de restaurantes y los famosos souks estĂĄn a unos 3 minutos. Nos dio mucha pena tener que marcharnos, pero sabemos que cuando volvamos a Fez, que seguro que volveremos, serĂĄ a Riad Les Idrissides.